En este capítulo, Sweezy comienza abordando el tema de la crisis económica desde la perspectiva marxista y el carácter periódico de las crisis comerciales expuesto en El Manifiesto, obra de la primera época de Marx quien de hecho mantendrá hasta concepción de periodicidad en el resto de su obra. Será de hecho un tema recurrente el de la crisis en los volúmenes de El Capital.
Marx expone que la crisis es el resultado de la producción capitalista en contacto con los agentes de la competitividad y el crédito. A partir de estos elementos, Sweezy expone que el análisis de la crisis precisa una explicación con elementos más tangibles que los empleados por Marx, independientemente de que estos aparezcan de hecho en ciertos análisis y añade la observación de que precisamente el estudio de la crisis fue algo que el autor dejó inconcluso.
De hecho, lo que se publicó posteriormente fue una serie de estudios que amplían el análisis de Marx, especialmente centrados en los factores ya mencionados y su relación directa con la crisis:
De hecho, lo que se publicó posteriormente fue una serie de estudios que amplían el análisis de Marx, especialmente centrados en los factores ya mencionados y su relación directa con la crisis:
- Producción simple de mercancías: En lo que respecta a las mercancías y a la aparición del dinero como medio de cambio sustitutivo del trueque, queda de lado la limitación y permite la obtención del producto que se precisa, es decir, se satisface la necesidad. Esto además, permitirá la especialización en la producción así como por otro lado, acarrea la posibilidad de que el ciclo y circulación del dinero en el proceso de compra-venta sea interrumpido en alguna fase lo cual supondrá un desequilibrio que afecte al resto de la cadena. El motivo de esto es la sobreproducción (que es el primer resultado que aparece en una crisis) y la aparición de excedentes en caso de que no se produzca la compra-venta de la producción. Es por ello, que hallar el motivo por el cual un vendedor no puede acceder al proceso de compra es llegar a la raíz causal de la crisis. Se expone, por ejemplo, en el texto causas circunstanciales tales como guerras o desastres naturales que provoquen la suspensión de la circulación de capitales, pero esto se reduce a una crisis muy limitada en una sociedad de mercancías muy básica. Así mismo, circunstancialmente se menciona el atesoramiento de capital, es decir, el no gasto con el fin de la acumulación y por tanto, la limitación de la circulación, pero a duras penas puede este ser motivo de una crisis con una alta repercusión.
- La ley de Say: En el transcurso de la historia, los economistas aplicaron teorías concebidas para la producción mercantil a la producción capitalista. Un ejemplo de esto, es la denominada “Ley de los mercados de Say” (J.Baptiste Say, discípulo de Adam Smith) en la cual se establece un principio que dicta que tras una venta, se produce una compra de igual cuantía, ergo, no cabe el factor crisis ni de sobreproducción pues bajo este esquema, el proceso de circulación no se detiene. La aplicación posterior de este teorema, supuso posteriormente que la teoría de la crisis y el estudio de la misma fuese cerrado e ignorado en base a este dogma implantado de “imposibilidad”.
Será Marx quien posteriormente lleve a cabo una crítica e incluso una ridiculización de esta ley en su versión ricardiana, exponiendo que no necesariamente se lleva a cabo una compra tras una venta aludiendo a la existencia separada (en tiempo y espacio) de las transacciones complementarias de compra y de venta.
- Capitalismo y Crisis: Bajo el supuesto de la fórmula M-D-M el objetivo del proceso de transacción es obtener un valor aumentado de la segunda M por lo que es un esquema aplicable al sistema de intercambio mercantil y por tanto y por su forma per se, limita prácticamente la existencia de una crisis.
Pero con el capitalismo, D, el dinero se transforma en capital, la fórmula torna en D-M-D, el dinero, o sea el capital, es lanzado a circular a cambio de fuerza de trabajo y medios de producción que llevan a cabo el proceso de producción creando mercancías que reportan en última instancia dinero/capital de nuevo. Es decir, en esta fórmula, D es un valor de cambio y no de uso. Por ello, el capitalista siempre pone D en circulación, modificando el modelo de producción del ejemplo mercantil donde se podía producir un colapso por la retirada del dinero de la circulación, mientras que aquí, la susceptibilidad de crisis es mayor ya que la constante puesta en circulación de capital lleva consecuentemente a la sobreproducción.
Así mismo, en tanto en cuanto el obrero comparte el modelo M-D-M, se encuentra lejos de la concepción del capitalista de recaudar riqueza en abstracto constantemente, porque no le reporta satisfacción. Por ello, Marx expone que la teoría económica ortodoxa se ha caído en el erro de concepción de que todo hombre busca el lucro.
En cuanto a la relación de la fórmula D-M-D con la crisis, se analiza, en primer lugar, el hecho inamovible de que el capitalista siempre buscará la mayor tasa de beneficio como objetivo inmediato. Dicho esto, la crisis y los factores de su aparición, no varían del sistema mercantil al capitalista. Surge con motivo de la interrupción de la circulación del capital o de la retención del poder de compra dando como resultado la aparición de excedentes (sobreproducción). L a diferencia que surge sin embargo con el sistema capitalista es el hecho de que, ante condiciones adversas o de desconfianza en cuanto a la viabilidad del mercado, el capitalista podrá plantearse o directamente no lanzar D a la circulación afectando directamente a la producción de materiales.
Por un lado, ante la desaparición de la incentiva de ganancia, el capitalista dejará de invertir por lo que desaparece el capital y esto dará motivo a la sobreproducción surgiendo así la crisis. Sin embargo, se expone en el texto que este supuesto de facto no se dará en la práctica pues sería un caso extremo que vendría previamente derivado de una situación de depresión profunda que no permitiese las ganancias y consecuentemente, no puede ser explicación del origen de las crisis.
El segundo supuesto que se analiza es la reducción en la tasa de ganancias. En este caso, la aparición de una crisis sí sería viable en función a la reducción elevada en las transacciones. Marx explica cómo claramente, sin que la tasa de ganancia torne negativa sino simplemente disminuya, los capitalistas reducirán sus actividades. El capitalista, siempre tenderá a volver a poner el capital en circulación, independientemente de que circunstancialmente lo guarde en forma de dinero pero la reinversión puede cambiar de línea de producción salvo en el caso de que el nivel de ganancia se reduzca en todas las líneas de producción, supuesto bajo el cual, la movilización de capitales de unas a otras, es inútil. Se puede producir entonces la inversión desfavorable pero hasta que esto no se produce, el paro en la inversión de capitales habrá supuesto la aparición de la crisis y la sobreproducción.
De todo ello, se deduce pues que la crisis no aparece necesariamente del valor negativo de la tasa de ganancia o de la desaparición de la misma sino una reducción por debajo del valor ordinario que llevará a la retención de capitales a la espera del retorno de las condiciones favorables a la inversión.
Marx además, previene del hecho de suponer que ante esta situación, el capitalista invertirá en valores de uso. Ello es erróneo pues no es concebible la falta de tendencia del capitalista a la acumulación de capital.
De los teóricos del ciclo económico que toman referencialmente expondrán pues que ante un supuesto de tipo de interés demasiado bajo que reduzca la tasa de ganancia en la transacción, los capitalistas tienden a conservar el capital en forma de dinero pero la creencia general es que ello es una situación de duración limitada pues sería un supuesto anormal en tanto en cuanto la demanda no puede estar perpetuamente reducida a dicho punto y por tanto, la situación dará la vuelta propiciando un aumento de demanda y consecuentemente de los tipos de interés. En el caso de que los tipos de interés finalmente no aumenten y se vean obligados a resignarse y a prestar capital a los empresarios en términos más aceptables.
Se muestra aquí la diferenciación entre capitalista y empresario. Los primeros reducen su préstamo de capital a los segundos ante tipos de interés inferiores y los segundos, reducen su inversión ante una tasa de ganancia inferior a la normal. Ergo, la clase capitalista reduce su actividad ante el supuesto del no-beneficio y por tanto, está en directa conexión con la crisis y las causas de la misma en tanto en cuanto se corresponde con las fluctuaciones de la tasa de ganancia.
- Tipos de crisis: a parte de la tasa descendiente de la ganancia como elemento desequilibrador, aparece otro supuesto que motive el origen de una crisis. Éste es, que los capitalistas empresarios no puedan vender las mercancías en sus valores de equilibrio por lo que aparecería entonces una crisis motivada por el descenso de lucratividad lo cual está recogido en la Teoría del valor. Esto se produciría ante una gran producción de un producto que afectaría a su valor de forma descendiente. Si esto ocurre en general a todos los productos, se da entonces un descenso general de la tasa del valor provocando la desaparición de la ganancia y en consecuencia la crisis. Es la denominada “crisis de realización”.
Por tanto se diferencia la crisis entre la tendencia decreciente de la tasa de ganancia y la crisis de realización aunque desde el punto de vista capitalista esta diferenciación no cobra importancia pues de igual manera le afecta en su lucratividad que se ve reducida.
En cualquier caso, el origen de la crisis es el descenso de la tasa de ganancia.